La clave del éxito reside en la actitud. Las actitudes mentales pueden ayudar o dificultar el progreso, independientemente del objetivo final. Y una de las actitudes más dañinas que puede adoptar alguien es el victimismo.
¿Qué es el victimismo?
El victimismo es una mentalidad negativa. Culpa a los demás y al entorno de toda la infelicidad interior. Como dice el refrán, es un escenario para "mover el dedo".
Las personas con victimismo ven la vida a través de una lente pesimista y estrecha, creyendo que todo lo que sucede en la vida es el resultado de factores externos. No hay reflexión interna. Ser víctima es abdicar de la responsabilidad. Nada es culpa suya, nunca. Las personas con mentalidad de víctima suelen disfrutar de la atención, la simpatía y la validación que les aporta este papel de "pobre de mí".
Cuando caen en la trampa de la víctima, la atención no se centra en lo fuertes que son, sino en lo débiles que son.
Nadie nace con mentalidad de víctima, pero nadie es inmune al papel de víctima. Los abuelos amables, las madres y los padres cariñosos y bienintencionados, los adolescentes e incluso aquellos que se enorgullecen de ser "espiritualmente despiertos" pueden vivir en este territorio derrotista.
De hecho, toda persona viva ha desempeñado el papel de víctima muchas veces en su vida.
Las víctimas quieren estar preparadas mentalmente para lo peor. Esta autolesión es aún más pronunciada en quienes tienen la desgracia de encontrarse en estado de víctima, incluso cuando las cosas parecen ir bien, porque están convencidos de que "el desastre está a la vuelta de la esquina".
Entonces, ¿cómo podemos deshacernos de la programación pesimista, autodestructiva y del tipo "pobre de mí" que adquirimos en la infancia?
Todo empieza en casa, con la forma en que te percibes y te percibes a ti mismo. ¿Se ve a sí mismo como un superviviente o como una víctima?
Los supervivientes aceptan la vida y la dejan pasar. Viven el momento y tienen el control de sus vidas. Son plenamente conscientes de que son los únicos que saben lo que va a pasar. Saben que si asumen la responsabilidad de sus vidas, pueden cambiarlas.
Las víctimas, en cambio, se revuelcan en la autocompasión, discuten y rechazan la vida. Viven en el pasado y creen que no tienen poder para cambiar su situación, lo que es clave para evitar la responsabilidad. Viven a la defensiva, están limitados por el tiempo y no quieren avanzar. La razón es que sus percepciones les enseñan que son impotentes.
El victimismo tiene un alto precio. Tiene un impacto negativo en todos los aspectos de la vida, tanto profesional como personal. Las personas que se ven a sí mismas como fracasadas viven con el victimismo. Esto se debe a que el fracaso sólo le ocurre a los que se rinden.
Si realmente quieres librarte del victimismo, primero debes dominarlo tú mismo. No podemos cambiar lo que no es nuestro. Tenemos que cambiar nuestra actitud y saber que "el cambio empieza por nosotros". Debemos actuar para sobrevivir... Hacia los objetivos que queremos alcanzar, por pequeños o insignificantes que parezcan en este momento.
Y lo que es más importante, debemos reforzarnos continuamente con las palabras positivas "puedo" y "quiero" y acabar con las afirmaciones y creencias degradantes "no puedo" y "no quiero".
Y debemos adoptar la actitud definitiva: la gratitud. Tenemos que dedicar un tiempo cada día a reflexionar sobre todo lo que nos hace felices y exitosos en la vida. Si centramos nuestra mente y nuestras energías en situaciones positivas, podemos combatir la victimización.
Por último, debemos valorarnos y querernos con el mismo respeto y amor que damos a los demás. Sólo entonces nuestras mentes y comportamientos pueden cambiar del modo víctima al modo supervivencia.
El hecho es que no podemos controlar el comportamiento de los demás ni todas las situaciones que se presentan en nuestra vida, pero sí podemos controlar cómo reaccionamos ante ellas. Pase lo que pase, sea lo que sea, debemos aceptarlo como un reto, en lugar de ponerle excusas.
¿Buscas un socio fuerte que te ayude a borrar el historial de víctimas negativas que suena una y otra vez en tu cabeza? Intenta encontrar un gimnasio cerca de ti. El ejercicio desafiante para aumentar el flujo sanguíneo y liberar "hormonas de la felicidad" es una de las mejores maneras de superar la negatividad, contrarrestar el victimismo y acelerar su sensación de bienestar físico, mental y emocional.
"Sólo tú, como todos los demás en el universo entero, mereces amor".
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